La historia de la Torre del Oro en el siglo XIII

La Torre del Oro de Sevilla, también conocida como Torre de la Plata, es una torre de defensa situada en la ribera del río Guadalquivir, al sur de España. Fue construida a principios del siglo XIII por orden del gobernador musulmán de la ciudad, para proteger el puerto fluvial y controlar el acceso al río. A lo largo de los siglos ha sido utilizada con diferentes propósitos, desde residencia real a cárcel, pero hoy en día es un monumento histórico y un importante lugar turístico de la ciudad.

El nombre de la torre

Existen varias teorías sobre el origen del nombre de la Torre del Oro. Una de ellas afirma que debe su nombre al revestimiento dorado que tenía en sus orígenes, procedente de la mezcla de cal y aceite de lino. Otra teoría apunta a que el nombre se debe a la gran cantidad de riquezas que se almacenaban en su interior, como oro y plata procedentes de las Américas.

No obstante, la teoría más aceptada es que el nombre proviene del hecho de que en la torre se almacenaba el impuesto que se cobraba a los barcos que accedían al puerto de Sevilla, conocido como la «almojarifazgo». Este impuesto debía pagar a la Corona en oro, y era custodiado en la torre, de ahí su nombre «Torre del Oro».

La historia de la torre

La torre fue construida entre los años 1221 y 1222 por el gobernador musulmán de la ciudad, Abù l-Ulà. Su posición estratégica en el río Guadalquivir la convirtió en un importante elemento de defensa de la ciudad, y tuvo un papel fundamental en las batallas que se libraron durante la Reconquista.

En el siglo XIV, la torre fue cedida por los Reyes Católicos a la Hermandad de la Santa Caridad, quienes la utilizaron como residencia real durante algunos años. En el siglo XVIII la torre dejó de tener una función defensiva y fue utilizada como cárcel para presos políticos y criminales. Durante la Guerra de la Independencia, la torre fue ocupada por las tropas francesas y sufrió graves daños.

En la actualidad, la Torre del Oro es un monumento histórico y está abierta al turismo. En su interior alberga un pequeño museo marítimo que explica la historia del río Guadalquivir y su importancia para la ciudad.

La arquitectura de la torre

La Torre del Oro tiene una altura de 36 metros y está dividida en tres cuerpos: el primero, de planta poligonal, es el más antiguo y se levantó en piedra; el segundo, construido en ladrillo, es de planta circular y su diámetro coincide con el de la base del primer cuerpo; el tercer cuerpo es una ampliación del segundo y cuenta con ocho vanos.

En la parte superior de la torre, que originalmente estaba revestida de azulejos dorados, se encuentra una terraza que ofrece unas vistas impresionantes de la ciudad y del río Guadalquivir.

La leyenda de la Torre del Oro

La Torre del Oro cuenta con una leyenda que la relaciona con el amor. Según esta historia, un joven soldado llamado Rodrigo se enamoró de una hermosa doncella que había sido encerrada en la torre por su padre para protegerla de los peligros de la ciudad. Rodrigo no podía soportar la idea de que la mujer que amaba estuviera encerrada, y decidió escalar la torre para rescatarla.

La hazaña tuvo éxito, pero al bajar por el río con la doncella a bordo de un pequeño bote, fueron descubiertos por el padre de la joven, quien ordenó perseguirlos. Finalmente, el soldado y la doncella lograron escapar hacia el océano, y según cuenta la leyenda, nunca más volvieron a ser vistos por la ciudad.

Curiosidades sobre la Torre del Oro

  1. La Torre del Oro aparece en una de las estrofas de la canción «Sevilla», compuesta por Joaquín Sabina, que reza «Torre del Oro, río de plata, besos robados, entre carcajadas».
  2. En la actualidad, la Torre del Oro es sede del Museo Naval de Sevilla, que alberga exposiciones sobre la historia marítima de la ciudad y del río Guadalquivir.
  3. La Torre del Oro es uno de los monumentos más visitados de Sevilla, junto con la Catedral, el Alcázar y la Plaza de España.

En definitiva, la Torre del Oro es un monumento histórico de gran importancia para la ciudad de Sevilla, que cuenta con una larga y fascinante historia. Su ubicación privilegiada en el río Guadalquivir y su arquitectura imponente la hacen un lugar imprescindible para aquellos que visitan la ciudad hispalense.

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