Conquista de Sevilla: Rotura de Cadenas en la Torre del Oro

La Torre del Oro es uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad de Sevilla. Su historia, ligada a la conquista de la ciudad y a la rotura de las cadenas que cerraban el río Guadalquivir, la convierten en un atractivo turístico de primer orden. En este artículo, nos adentraremos en la apasionante historia de la Torre del Oro y conoceremos los hechos más relevantes que la hicieron merecedora de su fama.

El origen de la Torre del Oro

La Torre del Oro fue construida durante la época almohade, a finales del siglo XII, y formaba parte de las murallas que rodeaban la ciudad de Sevilla. Se cree que su función original fue la defensa de la ciudad y del puerto fluvial que se encontraba en sus proximidades. Su nombre proviene del revestimiento de azulejos dorados que recubría su parte superior.

A lo largo de los siglos, la torre sufrió diversas modificaciones y transformaciones, adaptándose a las necesidades de la ciudad. Durante la Edad Media, fue utilizada como prisión y como almacén de oro, mientras que en la época moderna se convirtió en un observatorio astronómico y en un museo naval.

La conquista de Sevilla

En 1248, las fuerzas cristianas lideradas por Fernando III el Santo conquistaron la ciudad de Sevilla tras un largo asedio. La Torre del Oro, que por entonces había caído en manos de los almohades, fue uno de los escenarios clave de la batalla.

Según cuentan las crónicas, los cristianos lograron entrar en la ciudad tras la intervención de un joven almohade llamado Farfán, que les mostró una entrada secreta por la zona del barrio de Triana. Una vez dentro de la ciudad, las tropas cristianas avanzaron hasta la Torre del Oro, donde se libró un intenso combate entre ambos bandos.

Finalmente, los cristianos lograron hacerse con el control de la torre, lo que les permitió controlar el tráfico de barcos por el río Guadalquivir. Además, uno de los episodios más conocidos de la conquista de Sevilla tuvo lugar cerca de la torre: la rotura de las cadenas que impedían la navegación por el río.

La rotura de las cadenas

Se cuenta que, tras la conquista de la ciudad, los cristianos se dieron cuenta de que las cadenas que cerraban el río Guadalquivir seguían intactas. Estas cadenas, colocadas por los almohades para impedir el acceso de barcos extranjeros al puerto, se extendían desde la Torre del Oro hasta la orilla opuesta del río.

Ante esta situación, el almirante cristiano Ramón de Bonifaz ideó un plan para romper las cadenas. Según cuenta la leyenda, Bonifaz utilizó unos barcos veloces y ligeros para embestir las cadenas con suficiente fuerza como para romperlas.

La rotura de las cadenas permitió a los barcos cristianos acceder al puerto de Sevilla y, de esta forma, consolidar su control sobre la ciudad. El episodio de la rotura de las cadenas se ha convertido en un símbolo de la conquista de Sevilla y de la importancia estratégica de la Torre del Oro.

La Torre del Oro en la actualidad

Hoy en día, la Torre del Oro es uno de los monumentos más visitados de Sevilla. Su interior alberga el Museo Naval de la ciudad, una colección de objetos relacionados con la historia marítima de Sevilla y de España en general. Además, desde su terraza es posible disfrutar de una vista espectacular del río Guadalquivir y de la ciudad de Sevilla.

La Torre del Oro es además un símbolo de la identidad de la ciudad y un lugar donde se dan cita multitud de eventos y celebraciones. Por ejemplo, cada 10 de noviembre, se celebra el aniversario de la apertura del Museo Naval con una jornada de puertas abiertas y diversas actividades para el público.

En resumen, la Torre del Oro es un monumento imprescindible para aquellos que quieran conocer la historia y la cultura de Sevilla. Su papel durante la conquista de la ciudad y la rotura de las cadenas la convierten en un lugar emblemático y en un símbolo de la ciudad. Además, su presencia en pleno corazón de Sevilla la convierten en una visita obligada para quienes quieren disfrutar de las mejores vistas de la ciudad y de su río.

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